Se acerca la Navidad; esa fiesta entrañable en la que nos reencontramos con los seres queridos y en las que las “vacaciones gastronómicas” nos pueden jugar una mala pasada. Hay gente que engorda 2-3 kg en estos días y no es capaz de soltarlos a lo largo del año siguiente.
Consejos para la Navidad
Es fácil dar consejos para no engordar, pero no en Navidad. No nos parece de recibo recomendar que se brinde con gaseosa o que después de la cena de Nochevieja vayamos a castigarnos con la bicicleta en vez de ir a una fiesta. Por ello, sabiendo que hablamos de unas fechas especiales, con unas costumbres especiales nos proponemos dar algunos consejos prácticos para minimizar los daños colaterales y “abdominales”.
¿Qué comer?
El menú Navideño suele ser muy proteico y por tanto no muy calórico (marisco, pescados, carnes, salmón, etc.), a excepción de las guarniciones de patatas panaderas u otras cosas muy calóricas que convienen limitar, como es el caso de los dulces navideños. En España es típico sacar una buena bandeja de turrones en la sobremesa, de modo que entre charla y charla van cayendo las calorías. Quizás sería pertinente sacar un surtido muy rico y muy racionado, en vez de la fuente enorme.
Siempre es bueno tomar alguna pieza de fruta una hora antes de la cena para “matar” un poco el hambre y luego no abalanzarnos ansiosamente sobre el pan. (Parece que lo he vivido… ¿Verdad?)
¿Qué beber?
El alcohol engorda, pero en estas fechas es obligatorio. Planifica un número limitado de vasos de vino (2-3) y atente a lo pactado contigo mismo. Lo que no recomendamos, de ninguna manera, son los refrescos azucarados que son mucho más calóricos e insanos que el vino o el cava.
Las sobras: ¡Peligro, Peligro!
La tragedia de la Navidad es que está llena de eventos gastronómicos (Noche Buena, Noche Vieja, Navidad, Reyes, comidas de empresa…) a lo que hay que añadir que fuera de estos momentos seguimos consumiendo los suculentos asados y postres que han sobrado del día anterior. Un endocrino conocido nos aseguraba que la gente engorda en Navidad por el continuo picoteo de sobras de todo tipo, más que por las comidas en sí. ¿Qué hacemos ante este dilema?
- En primer lugar hay que aplicar la Ley de la compensación. Si te has pegado la cenorra de Noche Buena y sabes que te va a caer otra comida en Navidad, mentalízate que el día 25 tienes que no cenar o hacer una cena muy frugal (un poco de fruta o algo así). Como el 26 vas a comer sobras de Navidad, plantéate otra cena hiper frugal.
- En segundo lugar, en la medida de lo posible, aprovecha las vacaciones para pasear un poco, hacer excursiones con la familia o hacer cualquier otra actividad que te permita quemar grasas.
- Por último: ¡No comas entre horas! Esta norma de salud general cobra especial relevancia en Navidad. Porque la ingesta entre horas en estas fiestas supone picotear turrones, chocolates, mazapanes, tartas, embutidos y demás tentaciones. El riesgo de este hábito viene determinado por el hecho de que tras la comida no queda tanto espacio en el estómago para ellos, pero entre horas tienen el “parking” libre.
En suma, no basta con ser héroe por un día. Hay que serlo durante quince días seguidos. Os deseo mucho valor y suerte. ¡Merece la pena!
Ignacio Nájera García-Segovia
Gerente de ortopedia, Orto-Center, S.L.
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