El último verano me lo pasé en Asturias restaurando un bonito hórreo de madera de castaño. Fueron muchas las horas de lijar a mano las planchas de madera maciza. El balance fue agridulce: el hórreo muy guapo y yo con sendas tendinitis en los pulgares. Existen trabajos en los que se realizan movimientos, que más que ser nocivos en sí mismos, lo son por realizarse durante horas y de modo repetitivo. Esto es lo que ocurre por ejemplo en el servicio de limpieza, la minería, los talleres, las tareas domésticas o el bricolaje.
¿Qué es el trabajo repetitivo?
El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT) define las tareas repetitivas como aquellas que están caracterizadas por ciclos, independientemente de su duración, o aquellos gestos o secuencia de gestos que se realizan más del 50% de la jornada laboral.
Algunas de las acciones más extendidas en los puestos de trabajo son coger, posicionar, girar, insertar, extraer, cortar y doblar. Estas tareas, cuando son repetitivas pueden dar lugar a tendinitis, roturas fibrilares o artrosis, entre otras.
Hay dos factores relevantes a considerar:
- La intensidad de la fuerza requerida para realizar unas determinadas acciones u operaciones, que depende de la postura y la forma de aplicación,
- El tiempo durante el cual se debe aplicar dicha fuerza.
De lo dicho anteriormente cabe deducir dos formas de mitigar el peligro de estas actividades:
- Atenuar la intensidad de la fuerza ejercida mediante una adecuada postura o colocación, lo que a continuación veremos caso por caso.
- Atenuar el factor tiempo intercalando 10 minutos de descanso por cada 50 de trabajo (Fuente INSHT)
Hombro
El hombro puede estar forzado cuando se trabaja con el brazo significativamente levantado o se debe levantar frecuentemente.
Se deberán colocar los elementos del puesto de trabajo a una altura entre las caderas y los hombros lo que permite reducir las posturas forzadas de hombro. (Fuente INSHT)
Codo
La exigencia más frecuente del codo se produce con los movimientos amplios y continuos de pronación y supinación. La pronación y supinación del codo se producen principalmente para cambiar de orientación objetos u herramientas una vez se tienen en la mano.
Evitar los amplios movimientos del codo es posible mediante el acercamiento de los elementos del puesto a la zona de alcance óptimo de la extremidad superior, además de orientar estos elementos de tal manera que no sea necesaria su rotación o giro.
Muñeca
Los movimientos y posturas de la muñeca son la flexión, la extensión, la desviación radial y la desviación ulnar o cubital. La forma más frecuente de forzar la muñeca es con el uso de herramientas de mano.
Se deben proporcionar las herramientas con mangos y agarres adecuados para la tarea y la trayectoria de la muñeca buscando siempre la postura más neutra posible.
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Deberemos procurar que la muñeca esté siempre en posición neutra, evitando posturas como las reflejadas en el cuadro adjunto que terminarán por producirnos cansasncio y dolor articular.
Mano
El agarre es la postura de la mano que puede generar un riesgo en los movimientos repetitivos. Existen diversas formas de agarrar un objeto como el agarre de precisión, el agarre de gancho y la presa palmar. Estas tres formas de agarre implican riesgo de lesión, como por ejemplo el agarre en pinza con el que cogía la lija en el hórreo.
El agarre de potencia favorece la ejecución de las acciones y optimiza el uso de la extremidad superior, en especial de la mano. Disponer de soportes para los objetos evitando tenerlos todo el tiempo en la mano, o modificar los mangos, asas y demás que permitan un agarre de potencia, son algunas de las intervenciones que permiten la reducción de la postura forzada de la mano.
Así que este verano, se acabó lijar el hórreo con un papelito de lija agarrado en pinza. Lo que haré es comprar una lijadora eléctrica con un mango con agarre de potencia.
Ignacio Nájera García-Segovia
Gerente de ortopedia, Orto-Center, S.L.
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