LOS AMORTIGUADORES DEL CUERPO HUMANO PARTE I

LOS INCONVENIENTES DE DEJAR DE SER CUADRÚPEDO

Hace más de un millón de años la selva africana se empezó a secar y se fue convirtiendo en sabana. Nuestros ancestros tuvieron que bajar de los árboles para buscar comida y tendieron a ponerse de pie con creciente frecuencia para poder otear comida y depredadores en el horizonte. La posición sobre dos patas evolucionó de ocasional a permanente y ello planteó varios retos: uno es el equilibrio y otro, el que aquí nos ocupa, fue la necesidad de amortiguar un peso que se concentró en dos patas menos que antes.

En este punto la selección natural entró en juego y en muy poco tiempo el cuerpo de los homínidos fue encontrando medios para solventar este inconveniente.

LA PLANTA DEL PIE: EL PRIMER AMORTIGUADOR DE LA HISTORIA

Sí, mucho antes de que Henry Ford y otros fabricantes diseñasen ballestas para dotar de amortiguadores a sus automóviles, los huesos de nuestros ancestros evolucionaron hacia una ballesta invertida y articulada: el arco plantar.

El arco plantar tiene forma de ballesta invertida y, al igual que ésta, tiene la propiedad de deformarse hacia abajo y recuperar su forma, absorbiendo de esta manera los impactos del terreno. En el cuerpo humano esta función protege todo el aparato locomotor, especialmente la rodilla.

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