El pie equino se caracteriza por tener limitada la capacidad para levantar la parte superior del mismo en dirección a la rodilla, quedando aquel apuntando hacía abajo. Esta dolencia puede afectar a un pie o a ambos y las causas que lo determinan son múltiples: desde un acortamiento congénito del Tendón de Aquiles a un trastorno neurológicos subyacente, un accidente cerebrovascular, una lesión medular o una secuela de la poliomielitis. Su tratamiento suele venir acompañado por medidas ortopédicas o de rehabilitación y sólo en algunos casos está indicada la intervención quirúrgica. Consulte a su médico.
Ignacio Nájera. Gerente de ortopedia Orto-Center. Madrid